Igual ocurrió con los ingresos del Hospital Nacional de Alienadas (memoria del año 1926), en que, de las 1420 enfermas ingresadas ese año, 1320, (el 92,3 %), procedían de la primera zona nombrada; 78, (el 5,5 %), de la segunda, y 32, (el 2,2 %) del resto. El Hospicio de las Mercedes y el Hospital Nacional de Alienadas recibieron sus enfermos en la proporción del 93,1 % de la Capital Federal, provincia de Buenos Aires y territorios nacionales del Sud, y el 6,9 % del resto del país; inversamente Oliva recibió el 0,5 % de la Capital Federal y el 99,5 % del resto del país. Se contaron los ingresos directos, no los trasladados de Buenos Aires, que en número de 2551 darían porcentajes sensiblemente diferentes. Podemos dividir al país en las dos zonas precitadas. La mayor densidad de la población y la mayor difusión de la red caminera o ferrocarrilera, que fue su corolario, explican la circunstancia del mayor número de internaciones en ese radio, en contraposición a las dificultades de traslado y mayor recorrido que se necesitó en el resto del país. Se explicaría así la discrepante situación entre los hospitales bonaerenses y el Asilo de Oliva, sin embargo el Dr. Ferrer, médico-interno del Asilo de Alienados de Oliva, explica que: “…Hasta el presente los establecimientos de la Capital Federal, la Colonia Cabred y el Asilo de Oliva, han llegado al hacinamiento con enfermos aportados de todas las zonas del país, según las facilidades que las provincias han encontrado para el alojamiento de sus alienados. Nuestro Asilo, pobre en apariencia de ingresos de procedencia de la Capital Federal y de la provincia de Buenos Aires, ha tenido que recibir en algunos años, fuertes remesas de enfermos de aquella región, cuyo número ha ascendido a la cifra de 2551 entre los años 1914 y 1928, representando, sobre la totalidad de los ingresos habidos en esos años, que ascendía a 11.361 el 22 %. Estas remesas fueron dispuestas por el Gobierno, a los efectos de librar del hacinamiento a los manicomios de la Capital Federal…”
La Razón y la Sinrazón, la enfermedad, las degeneraciones y sus males son algunos de los tópicos que organizan un tema central sintetizado con las palabras “asistencia manicomial”. La locura y la salud adquieren una dimensión pública que requiere una activa participación del Estado para realizar los diagnósticos y proponer las soluciones, empleando siempre el lenguaje del “orden y el progreso”. El loco, como los alienistas no existieron solos, reflejaron a los que tenían trato con ellos y al mismo tiempo influencia. Encarnan y transforman simbólicamente los valores, las aspiraciones del Estado Nacional, de la sociedad y de los grupos de poder. El modelo asilar fue planteado según los cánones europeos al igual que las técnicas del tratamiento de la alienación y constituyeron en parte a la utopía de la nueva organización psiquiátrica. Ésta se inscribe en la que el Estado Nacional necesitó como institución para plasmar su visión ideológica-política, el resultado fue obvio: el hacinamiento, la falta de médicos especializados y las contradicciones dentro del mismo círculo de profesionales. La internación se convirtió en un depósito en el cual se mantenía en reserva a los inmigrantes y /o anarquistas, sometiéndolos a la inacción, la mala alimentación y el hacinamiento y no tardaban en hacerlos desaparecer detrás de la imagen de la locura. La indigencia encerrada se trasformó en un elemento indispensable para el Estado, que creía que era una forma de suprimir la pobreza, el atraso, el crimen y las manifestaciones ideológicas que no fueran conservadoras. Pero con el paso del tiempo esos confinados llegaron a ser útiles para los poderes públicos, ya que trabajaban en la construcción y preservación de los asilos, eran utilizados como abastecedores de sangre, para los bancos de los hospitales, constituyéndose en mano de obra barata.
Hasta aquí hemos planteado algunas de las vicisitudes que hacían a la asistencia manicomial en Buenos Aires sin dejar de darle un espacio a la locura y al enfermo mental.
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1 Ramos Mejía, J. La Neurosis de los hombres célebres (1878), Buenos Aires. La Cultura Argentina, 1915
2 Véase Ingenieros, La locura en la Argentina. (1919) Buenos Aires, L.J.Rosso, 1937.
3 Véase el Acta de la Fundación de la Sociedad de Beneficencia en “Instituciones de la Sociedad de Beneficencia y Asistencia Social” (1823-1852) Tomo I. Archivo General de la Nación, Buenos Aires. 1999.
4 Se refiere al “cuadro de dementes” del Hospital de Hombres. Maglioni, N. Los manicomios 1879.Tesis de Doctorado.
5 Ibídem.
6 Ob. Cit, Pág 1.
7 Véase Foucault,M. Historia de la Locura en la época clásica. Tomo 1 Fondo de Cultura Económica. 1998. (primera edición en París 1964)
8 Ibíd. Cit.3.
9 Hospital Nacional de Alienadas Legajo nro. 199. Archivo General de la Nación.
10 Ingenieros, J. Observa lo siguiente “. El 7 de diciembre de 1854, por iniciativa de la Sociedad, se resolvió crear una “Casa correccional de Mujeres”. Para ello solicitó “el edificio que existe en la Convalecencia, que sirvió de cuartel, el cual fue concedido por el gobierno el 4 de enero de 1855, previo informe de la Comisión Filantrópica. La fundación se postergó y allí se puso el 28 de marzo de 1882 la “casa de campo para convalecencia de expósitos; en 1871 fue edificada por el gobierno; en 1873 la ocupó el Asilo del Buen Pastor”; desde 1894 la nueva “Sucursal de la Casa de Expósitos”…”
11 La Comisión Filantrópica fue constituida por el Dr. Ventura Bosch, Mariano Miró y Felipe Botet, se reinstala en septiembre de 1852, y toma a su cargo el Hospital de Hombres.
12 Opinión de Tomasa Vélez Sarsfield, Inspectora del Hospital de Mujeres y vocal de la Sociedad de Beneficencia. Véase, Loudet, O y E. Historia de la Psiquiatría Argentina. Buenos Aires. Ed. Troquel, 1971.
13 El origen de la finca conocida como Convalecencia permaneció incierto. En 1908 el Prof. José Penna pidió datos al señor Paul Groussac, que dicen lo siguiente: En 1734 el vecino Ignacio Zeballos donó a los jesuitas una manzana en el alto de San Pedro, con más una chacra de sus inmediaciones, para que se fundase una casa auxiliar de la Compañía; así se hizo en 1746 y se llamó “Residencia de Belén”, llamándose “Chacra de Belén” a la finca de sus inmediaciones.
A poco de ocupar, en 1748, el Hospital de Santa Catalina, los betlemitas adquirieron, entre otras, una finca contigua a la Chacra de Belén, para trasladar a el Hospital de Santa Catalina; lo obtuvieron en 1793; pocos años más tarde la Residencia se convirtió en Hospital General de Hombres y en la Chacra de Belén se hicieron algunas construcciones, dedicadas a los convalecientes del Hospital. Desde esa época la parte más alta de la Chacra de Belén fue conocida como Convalecencia. En 1822 pasó todo a poder del Gobierno, que más tarde confió su administración a la Comisión Filantrópica, extinguida a poco de crearse. En 1832 Rosas erigió el Cementerio del Sud en la parte Oeste de la Convalecencia, cercenada ya por la instalación de los Mataderos; en el lado Este existía y se amplió un edificio que sirvió de cuartel en la época de Rosas. En 1854 la Sociedad de Beneficencia estableció en el local de la antigua Convalecencia un hospicio para mujeres, que es el actual Hospital Nacional de Alienadas. En local del cuartel, al Este del anterior, se instaló, en 1862, la sucursal de la casa de Expósitos. En la misma finca, al norte de la Convalecencia, se habilitó en 1863 una casa de Dementes, para hombres. Se llamó “Hospicio de San Buenaventura” hasta 1873, fecha en que la Municipalidad acordó llamarlo “Hospicio de las Mercedes”. Ob, Cit. Pág. 7
14 Los primeros pabellones que comprendían los Servicios Charcot, Pinel, Esquirol, Magnan, Casa de Máquinas y Cocina Central; quedando de hecho incorporado el establecimiento al movimiento intelectual y material del país. Véase, Hospital Nacional de Alienadas (Breves comentarios sobre su historia) en Revista Oral de Ciencias Médicas, Buenos Aires. Archivo Facultad de Medicina. 1945.
15 Nos referimos concretamente a las Señoras socias de la Sociedad de Beneficencia de la Capital.
16 Foucault, presenta al “furor como un término técnico de la jurisprudencia y de la medicina; designa muy precisamente una de las formas de la locura…” “Pero en el vocabulario del internado dice, al mismo tiempo, mucho más y mucho menos; hace alusión a todas las formas de violencia que están más allá de la definición rigurosa del crimen, y de su asignación jurídica: a donde apunta es a una especie de región indiferenciada del desorden, desorden de la conducta y del corazón, desorden de las costumbres y del espíritu, todo el dominio oscuro de una rabia amenazante que parece al abrigo de toda condenación posible…” Ob. Cit. Pág. 2.
17 Gache, S. La Locura en Buenos Aires. Buenos Aires, imprenta Biedma. 1879
18 La curiosa historia de este lugar- comprendido en la actualidad, en forma aproximada, por las calles Vieytes, Perdriel y Avenidas Alcorta y Suárez, dentro de cuyo perímetro se alzan los hospitales psiquiátricos y el Rawson- se precisó recién a comienzos del presente siglo, gracias a las investigaciones del historiador Groussac y del higienista José Penna. Se sabe que en tiempo de la Colonia, allá por 1734, un vecino devoto, D. Ignacio Zeballos, donó a los jesuitas una manzana de su pertenencia, en lo que entonces llamábase Alto de San Pedro, y hoy es el Barrio de San Telmo. Allí debía erigirse una Casa Auxiliar de la Compañía, y eso se hizo en 1746. Se llamó la Residencia de Belén y Chacra de Belén a una finca de las inmediaciones. Poco después los betlemitas, curas franciscanos, adhirieron a un solar contiguo a la Chacra de Belén, extendido hacia el oeste, que tomó nombre de Chacrita de los betlemitas. Al ser expulsados los jesuitas en 1767, los betlemitas pidieron la vieja Residencia y la Chacra de Belén. Obtenidas en 1793, pocos años más tarde, la Residencia se convirtió en Hospital General de Hombres y la Chacra de Belén en sitio de descanso. Desde entonces la parte más alta, que llegaba casi hasta el Riachuelo, por el sudoeste, empezó a conocerse como La Convalecencia. En 1822 la reforma rivadaviana colocó en manos del gobierno el cuidado de esas fincas, que, al ser creadas, pasaron a la Sociedad Filantrópica. Durante la tiranía, esos terrenos fueron repartidos entre el cuartel de La Mazorca, los mataderos y el Cementerio del Sud. En 1852 se restituyeron, como es fácil advertirlo, a la Sociedad Filantrópica. Véase Castro, Jorge. Los Hospitales Neuropsiquiátricos de Buenos Aires. Anales Argentinos de Medicina. 1960.
19 Véase al respecto, Meléndez y Coni, Consideraciones sobre la estadística de la enajenación mental en la Provincia de Buenos Aires. Imprenta Coni, 1880.
20 En 1881 el Gobierno Nacional, a pedido de la Sociedad de Beneficencia, clausuró la Convalecencia, que con una capacidad para 200 enfermas albergaba 377. La posterior ampliación de servicios no impide que 1894, por los mismos motivos, el Gobierno disponga que se limite, en cuanto sea posible, la admisión de enfermas cuyo estado no importe un peligro para sí mismas o para la sociedad y que puedan ser atendidas en sus respectivos domicilios. Archivo General de la Nación, Actas de la Sociedad de Beneficencia-Hospital Nacional de Alienadas, pág. 206.
21 El Dr. Osvaldo Eguía se graduó como médico en el año 1851. Estuvo al lado del fundador del Hospital de la Convalecencia desde el año de su creación, es decir, desde 1854. El doctor Ventura Bosch lo consideró el más eficaz y abnegado de sus colaboradores. Ob. Cit. Pág. 2
22 Según Ingenieros, fue director hasta 1869 y Loudet menciona que asumió la dirección en 1871. Si vemos los datos proporcionados por el AGN, con la nómina de directores ubicamos al Dr. Eguía en el año 1860 hasta 1890.
23 Se recibió en la Universidad de Buenos Aires en 1883, su tesis doctoral versó sobre “Localizaciones cerebrales en las alteraciones del lenguaje y la visión”. Ibíd. Cit. 19.
24 En 1901 se inauguró el Laboratorio, construido según el modelo de los mejores establecimientos europeos en su género, con el propósito de efectuar investigaciones de carácter anatomopatológicas, a la vez que estudios experimentales aplicados a la Psiquiatría. Véase Hospital Nacional de Alienadas, Breves Comentarios sobre su historia en Revista Oral de Ciencias Médicas, pág. 255. Buenos Aires, 1945.
25 Véase, Archivo General de la Nación, Actas de la Sociedad de Beneficencia-Hospital Nacional de Alienadas, pág. 207.
26 El Asilo de Alienadas de Lomas, fue construido en la localidad de Lomas de Zamora, Provincia de Aires, y se inauguró en 1908. – Acerca de la Sociedad de Beneficencia, véase “Instituciones de la Sociedad de Beneficencia y Asistencia Social” (1823-1852) Tomo I. Archivo General de la Nación, Buenos Aires. 1999.
27 La anexión del Instituto Lasala y Riglos se lleva a cabo en 1943 cuando se trasladó el Instituto de Asistencia Infantil a la localidad de Moreno, Pcia de Buenos Aires. Ver Hospital Nacional de Alienadas, (Breves Comentarios sobre su historia) en Revista Oral de Ciencias Médicas, pág. 258. Buenos Aires, 1945.
28 Ob. Cit. Pág 2.
29 A pesar de la clausura se continuó atendiendo en el consultorio externo y recibiendo desde octubre de 1934 a aquellas enfermas que por su grado de peligrosidad o la urgencia de tratamiento justificaban la necesidad de internación. Véase, Archivo General de la Nación, Actas de la Sociedad de Beneficencia-Hospital Nacional de Alienadas, pág. 209.
30 Hospital Nacional de Alienadas. Esteéves Balado, pág. 971 En Revista El Día Médico. Tomo XVI1. Buenos Aires.1945. Archivo Facultad de Medicina de Buenos Aires.
31 Para más información al respecto véase Hospital Nacional de Alienadas.Legajo Nº. 205. Documento sobre la suspensión de ingreso de enfermas por hacinamiento en el A.G.N
32 Véase, Loudet y Loudet, Historia de la Psiquiatría Argentina, Buenos Aires Ed. Troquel, 1968.
33 El ingeniero municipal Don José María Ramos demarcó en los terrenos de la Convalecencia, en 1859, la parte destinada al nuevo establecimiento de alienados, Ob. Cit. Pág. 2
34 Ibíd.
35 Su fundador fue el doctor Ventura Bosh. Ibíd. Cit. 32.
36 Véase al respecto Ob. Cit. Pág.4
37 Hospicio de las Mercedes, en Revista Médico-Quirúrgica, 1880, XVIII, 471, Buenos Aires.
38 En 1879, demostrando sus inquietudes por el problema de la alienación mental, publica con Coni una estadística sobre los alienados en Buenos Aires, para ser leída en el Congreso Internacional de Amsterdam. Véase, Ob. Cit. Pág.7.
39 Según José Ingenieros “había un proyecto de trasladar a 50 alienados, al Hospital San Roque pero no se llegó a concretarse porque sobrevino una epidemia de viruela y el San Roque se habilitó para los variolosos”
40 Para conocer los datos de las obras con más detalle véase a Ob. Cit. Pág. 2.
41 Las tres épocas que mencionamos son: la del fundador Ventura Bosch, la de Lucio Meléndez y finalmente la de Domingo Cabred.
42 Véase para más información Eliseo Cantón: Discurso sobre la creación del Open Door, en Semana Médica, agosto 5 de 1897.
43 Aquí se menciona el sistema escocés de puertas abiertas, éste es un método de tratamiento para los alienados que detallaremos más adelante y que promovió un cambio fundamental en la psiquiatría.
44 Este asilo-colonia fue fundado el 6 de abril de 1884 durante el gobierno de Dardo Rocha. Su primer director fue el Dr. Julián Aguilar. Ver Ob. Cit. Pág. 2
45 Se fundó el Asilo de Oliva el 10 de diciembre de 1908, y fue proyectado junto a otro del mismo género en Santa Fe por el doctor Jerónimo del Barco y puesto en servicio en 1914.
46 Ver Domingo Cabred, discurso en Archivos de Psiquiatría y Criminología. 1906. Buenos Aires.
47 Todos los datos son extraídos del libro de Ingenieros, La Locura en Argentina, y de Meléndez y Coni, “Consideraciones sobre la estadística de la enajenación mental en la Pcia. De Buenos Aires”.
48 “…Comte inventó un nuevo nombre para un asunto viejo. No se inicia ciertamente con él el estudio de la sociedad humana, ni es el primero que intenta hallar su organización más perfecta. Pero Comte convierte a la sociología en la finalidad de la investigación científica en la ciencia llamada a establecer las leyes de la vida colectiva, cuyo conocimiento proveerá al mejor modo de realizar, dentro de una forma política perfecta y estable, el bienestar de la humanidad…” para completar la información sobre el positivismo en Argentina, Véase Korn, Alejandro. Influencias Filosóficas en la evolución Nacional. Buenos Aires. Ed. Solar. 1987.
49 Vezzetti, H. La Locura en Argentina. Ed. Paidós. Buenos As, 1985.
50 De La Semana Médica, Buenos Aires, Julio 21 de 1898. Págs. 241-43.
51 En Anales de Biopatología, eugenesia y medicina social. Nro. 9. Pág. 10. Dr. Arturo Rossi. Higiene Mental y Asistencia Social.
52 En El Pavoroso Aspecto de la Locura en la República Argentina. Bosch, G. 1931. Buenos Aires.
53 Véase Revista Argentina de Neurología, Psiquiatría y Medicina legal, Albina, E. Primeras medidas de higiene y profilaxis mental en la provincia de Buenos Aires. Págs. 528-529.
54 Ver Revista Criminología, Psiquiatría y Medicina legal, Bianchini, Levi. Fundamentos, caracteres y funciones del dispensario de higiene mental. Pág. 251.Para mayor información ver, Revista Criminología, Psiquiatría y Medicina legal, Antonini, G. Nociones prácticas sobre la asistencia de enfermos mentales en los hospitales psiquiátricos y en las familias. Págs. 122-123.
55 El Gobierno cuenta con una Comisión Asesora cuyo cargo consiste en construir asilos y hospitales regionales mediante el fondo que le acuerda la ley 4953, y en ejercer la superintendencia de dichos establecimientos. En Revista Argentina de neurología, Psiquiatría y medicina legal. Dr. Ameghino Arturo. Carácter y extensión de la locura en las diversas regiones de la República Argentina. Págs 494-495
56 Las cuestiones del higienismo y el hacinamiento son tratados por varios psiquiatras y médicos argentinos, podemos destacar a: Gache, Ingenieros, Meléndez y Coni.
57 Ob. Cit. Pág. 2.
58 Ob. Cit. Pág. 4.
59 Ob. Cit. Pág. 4.
Acerca de la inmigración italiana, véase, Devoto-Rosoli (compiladores). La Inmigración Italiana en la Argentina. Ed. Biblos. 1985. Buenos Aires.
60 Pinel, Philippe(1745-1826) considerado el fundador de la psiquiatría en Francia. Tradujo las medicinas prácticas del escocés Cullen en 1785, obra que copió ampliamente en sus Instituciones de futura philosephique. Al principio no ejerció una medicina de clientela, sólo desde 1786 trató a algunos enfermos mentales en el manicomio del Señor Belhomme, reservado a pacientes con dinero. Cuando llegó el “Terror” en Francia se hizo nombrar, gracias a Thouret, médico en el hospicio de Bicêtre. Desempeñó este cargo desde el 11 de septiembre de 1793 hasta el 29 de abril de 1795. Observó allí el trabajo del celador Pussin y comprendió la importancia del tratamiento moral en su dimensión institucional. Fue médico consultor de Napoleón, sirvió al Imperio y a la Restauración, que lo condecoró con la Orden de Saint Michel en 1818. Murió en 1826 a causa de reblandecimientos cerebrales sucesivos que lo sumieron en la demencia arteriopática. Véase al respecto Revista Psiquiatría.com, artículos sobre Historia de la Psiquiatría. Internet.
61 Esquirol (1772-1840), fue el discípulo predilecto de Pinel, desmembró el dominio de la melancolía, uno de los términos más antiguos del vocabulario médico, en monomanías y lipemanías. Se trata de lo que actualmente llamamos “psicosis delirantes crónicas” y “depresiones”. El trastorno del humor se separa finalmente juicio. Nace la psiquiatría nosográfica francesa que perdurará hasta nuestros días. Inaugura junto a Pinel la “Mirada Médica” (Saurí) su primer paso de la descripción fenoménica. Por primera vez “se elevan los alienados a la categoría de hombres” (Falret). El Tratado de las enfermedades mentales es un resumen de textos, observaciones y detalles completadas con el famoso atlas que reúne veinticinco retratos de pacientes, un “histograma” de aspecto muy moderno y un plano de Charenton. Para Esquirol la melancolía es un término que debe ser dejado a poetas y moralistas. Según Esquirol la “lipemanía es una enfermedad cerebral, caracterizada por un delirio parcial, crónico, sin fiebre, sostenido por una pasión triste, debilitante u opresiva”. Véase ALCMEON 21. Revista Electrónica de Psiquiatría. La obra de Esquirol (1772-1840) Carofile, Alfonso. Jefe de Depto. del Hospital “José T. Borda”. Año VIII-Vol 2-Nro 1. Septiembre 1997.
62 Sobre la importancia de Esquirol, en nuestro país sabemos que según los alienistas de la época con él comienza la época científica, y se llega a afirmar que la medicina social por excelencia la constituía la aludida higiene mental, puesto que aquélla propende a evitar la locura. En Revista Mundo Médico, págs 15-16, diciembre de 1940.
63 Ob. Cit. Pág. 2.
64 Las fuentes que proveen anualmente los recurso para el funcionamiento de los hospicios y por ende la Sociedad de Beneficencia, son el presupuesto nacional, la Lotería de Beneficencia Nacional, Legados y Donaciones. Los recursos de la Lotería se invirtieron en la distribución de 6.800 decenas para ayuda de familias necesitadas. Véase al respecto, Decreto de la Creación de la Sociedad de Beneficencia. Ministerio de Gobierno, pág. 22-65, Fondo de la Sociedad de Beneficencia. A.G.N.
65 Véase Comisión Asesora de Asilos y Hospitales Regionales. Memoria presentada al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, por el Dr. Domingo Cabred, presidente de la Comisión, Julio de 1907 a Diciembre de 1908. Imp. Hospicio de las Mercedes. 1909. Buenos Aires.
66 El grave problema del hacinamiento fue tratado por los Dres. Estéves y Julio D´Oliveira Estéves, quienes proponían una serie de medidas tendientes todas a combatir el hacinamiento: modernización de la asistencia; creación de una liga de higiene mental; establecimiento de las clínicas escalonadas desde el dispensario del asilo de crónicos por el hospital neuro-psquiátrico y el taller terapéutico, en forma de favorecer la circulación del alienado y evitar el estancamiento generador de la irremediable e improductiva cronicidad. En Revista la Semana Médica, Buenos Aires, 23 de febrero de 1927.
67 La situación detallada se extenderá prácticamente hasta 1930, de allí en más sabemos que se trató de incorporar más personal al hospicio. Véase Bosch, G. en El Pavoroso Aspecto de la Locura en la República Argentina págs, 22-24. Buenos Aires.1931
68 Memoria del Director del Hospicio de las Mercedes, Dr. Lucio Meléndez, a la Corporación Municipal. Archivo de la Facultad de Medicina, biblioteca de graduados.
69 Sobre la temática de la Higiene Mental sabemos que existían también en Norte América y Europa ,y en nuestro país se le dará impulsó hasta su creación en 1929. También se promovió a las distintas provincias argentinas esta idea, por ejemplo Rosario creó “El Comité Rosarino de Higiene Mental”. Véase Discurso del Dr. Ciampi, L. En Boletín del Instituto Psiquiátrico, págs.104-105. Buenos Aires.1930.
70 Para ahondar en las cuestiones del higienismo, ver Higiene Mental y Asistencia Social, Rossi, Arturo. En Revista Anales de Biotipología, Eugenesia y medicina social. Nro. 90. Buenos Aires.1940.
71 Véase La Defensa de la Raza por la Castración de los Degenerados. Las Ideas Profilácticas de Zuccarelli. En Archivos de Criminología, Medicina Legal y Psiquiatría, tomo I, págs. 385/391. Año 1902.
72 La Función de Gobierno en la Asistencia Social, Dr. Heredia, P. En Revista Anales de Biotipología, Eugenesia y medicina social. Nro. 90. Págs. 22-23. 1940. Buenos Aires.
73 Para hablar de sus ventajas y resultados, ver en Revista de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal. Págs 464-467. La Clinoterapia al Aire Libre. Raitzin, A. 1928. Buenos Aires.
74 El método “Open Door” para tratamiento de alienados tiene su antecedente y complemento directo en las experiencias del “No Restraint” que se pusieron en práctica en asilos de Inglaterra a principios del siglo XIX por el Dr. Conolly. Como su nombre en inglés lo indica “sin opresión, sin coerción”, se desterró la aplicación de chalecos de fuerza y todo tipo de ataduras fuertes para dominar accesos de furor de los insanos. Conjuntamente se puso en práctica la medicación con sedantes del sistema nervioso, con un cambio en la conducta de los guardianes, que debían recurrir a la vigilancia permanente y a la contención personal del enfermos sin producirle lesiones. En caso de desborde extremo éstos eran encerrados en celdas acolchadas donde permanecían durante un período de aislamiento sin ver alterado el trato tranquilo y de constante apoyo para superar la crisis. A mediados de siglo un grupo de alienistas escoceses (Sibbald, Mitchell, Clouston, Rutherford) deciden producir un cambio edilicio acorde con el “No Restraint”. Suprimen las rejas, derriban los altos muros externos e internos y abren las puertas de la mayor parte de los pabellones para que los enfermos circulen con libertad durante el día. Se conceden permisos bajo palabra para salir del Asilo a pasear y volver de nuevo a él en el plazo previamente convenido. Para los alienistas europeos las ocupaciones del campo eran el instrumento rehabilitatorio que más se adaptaba y que al mismo tiempo permitía integrar a un gran número de pacientes.
75 Sabemos que los hospitales psiquiátricos eran utilizados como bancos de sangre, porque las enfermedades mentales no se deben a causas específicas. Las más frecuente de las mismas, la Esquizofrenia, no toca casi la estructura física de los enfermos. En el Hospital de Alienados, luego de haber considerado edad, condiciones somáticas, estado venoso superficial, etc. se llegó a la conclusión que son utilizables el 50 % de los internados. Ello significa una reserva, renovables mensualmente, de unos 50 litros de sangre, considerando que se efectuará a cada enfermo una sangría de 300 cm3. A veces la sangría podía llegar a 800 y 1000 cm3. Como el país posee varios establecimientos psiquiátricos muchos más numerosos, las reservas de sangre llegarían a centenares de litros. Para terminar señalaré una frase del Dr. Volpe al respecto “… Bien es sabido que el enfermo mental, salvo excepciones, tiene un período de internación que sobrepasa los 30 días, durante el cual podría retribuir en parte los gastos que ocasiona el Estado. Más aún vuelto al hogar podría ir a aumentar el número de los dadores espontáneos. Véase Los Hospitales Psiquiátricos como Bancos de Sangre. Volpe, V. En Boletín del Instituto Psiquiátrico págs 176-179. VII. Buenos Aires 1943.VII.
76 La visión del Dr. Ferrer acerca de la incorporación de alienados al Asilo de Oliva presenta varias acotaciones, la más importante era la necesidad de que se construyan otros establecimientos con vistas a las necesidades y en base a la experiencia adquirida a través de lo observado durante muchos años en los manicomios ya existentes. Ver Dónde debe ubicarse un nuevo manicomio. Dr. Ferrer, C. Boletín del Asilo de Alienados en Oliva, Año VII.Enero-Febrero 1939. Nro. 23.
77 Un ejemplo al que hace referencia el Dr. Ferrer, es un caso ocurrido en la Ciudad de Catamarca años atrás. La gestión realizada por el Gobierno de la Pcia, solicitando pasajes para seis enfermos, tardó en llegar más de año y medio; cuando llegó ninguno de los enfermos existía.