Alcmeón – Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica – Similitudes y diferencias semiológicas entre la depresión geriátrica

Año IX – Vol.7Nro. 3- noviembre 1998

ALCMEON27
Similitudes y diferencias semiológicas entre ladepresión
geriátrica y la demencia con depresión

Resumen

En Argentina, como en muchos otros países, el progresivo control sobre las enfermedades ha reducido la mortalidad y aumentado el porcentaje de la población mayor a 60 años. La depresión geriátrica y la Enfermedad de Alzheimer pueden presentar similitudes que dificultan el diagnóstico.

Método: Se comparó un total de 61 pacientes con síntomas depresivos y cognitivos ordenados en 2 grupos (31 con depresión geriátrica y 30 con Alzheimer).

Resultados: hubo diferencias en la facilitación de la memoria, en el score cognitivo, en las quejas espontáneas de culpa, en las de deterioro intelectual y respecto a la pérdida del interés. Con los resultados se confeccionó una tabla para el cálculo Bayesiano de probabilidades diagnósticas, de la que surge que la presencia o ausencia de síntomas significativos tiene valor probabilístico para el diagnóstico.

Abstract

In Argentina, as in many other countries, the ongoing control of several diseases has reduced the general mortality and increased the elderly population. In this patients, Geriatric depression and Alzheimer Disease may share similarities that could difficult the diagnosis. Method: A total of 61 patients with symptoms of depression and cognitive deficits were compared (31 with geriatric depression and 30 with Alzheimer disease). Results: differences in memory facilitation, in the cognitive score, in the spontaneous complaints of guilt, in the spontaneous complaints of intellectual deficits and in the loss of interesting were registered. A table for the Bayesian calculation of probabilities was constructed with the results, from where it appears that the presence or absence of some of the symptoms have a probabilistic value for the diagnosis.

Objetivo del estudio

El propósito del presente estudio es evaluar cuáles síntomas permiten realizar una mejor diferenciación diagnóstica entre sepresión geriátrica “pseudodemente” y la demencia tipo Alzheimer.

Fundamentos de su realización

En la Argentina, como en muchos otros países, el progresivo control sobre enfermedades cardiológicas e infecciosas no sólo ha reducido la mortalidad de los pacientes sino que también ha aumentado el porcentaje de la población mayor a 60 años (gráfico 1). Junto al sostenido crecimiento de este grupo etario, se espera un crecimiento en la prevalencia de otras enfermedades comunes a este período.

En la edad avanzada enfermedades como Depresión Mayor Primaria y Enfermedad de Alzheimer (ésta última en las etapas iniciales) pueden presentar similitudes sintomáticas que dificultan el diagnóstico ya que es muy frecuente que la depresión presente trastornos cognitivos.

Depresión geriátrica

En las personas de edad avanzada la depresión puede manifestarse con intensos síntomas cognitivos, como por ejemplo los problemas en la memoria, el trastorno atencional y la alteración disejecutiva. Es por ello que a principios de siglo, Wernicke señaló que dichos síntomas cognitivos podían simular un síndrome demencial.

En general se estima que entre el 10% al 20% de los pacientes con depresión presentan semiología cognitiva, cifra que crece hasta el 60% en la edad avanzada. Por este motivo la duda diagnóstica entre depresión y demencia es frecuente en la senescencia.

El cuadro “pseudodemente” tanto puede simular una demencia tipo cortical al estilo enfermedad de Alzheimer como también una de tipo subcortical al estilo enfermedad vascular, pues las alteraciones cognitivas que se han registrado en la enfermedad depresiva son las siguientes:

– pobres estrategias en el aprendizaje (registradas al evaluar la memoria declarativa serial)

– alteraciones en el proceso de búsqueda del engrama mnésico similar al patrón de alteración subcortical

– alteración de la atención

– dificultad en la toma de decisiones

– enlentecimiento en el procesado de la información.

Si bien fue Wernicke en 1906 quien acuñó el término pseudodemencia al describir una paciente con histeria crónica que aparentaba debilidad mental, en realidad fue Kiloh hacia la década del sesenta quien especificó que cuando la depresión presenta semiología cognitiva puede simular un cuadro demencial -»pseudodemencia»- tornando difícil el diagnóstico diferencial con la Enfermedad de Alzheimer. Una de las principales diferencias es que en la depresión los trastornos cognitivos revierten con antidepresivos y en cambio en la Enfermedad de Alzheimer los antidepresivos actúan nada o muy poco sobre la cognición.

En general existe evidencia de que los trastornos cognitivos en la depresión se presentan cuando:

– el paciente tiene más de 60 años

– la depresión es intensa

– la depresión es síntoma de una enfermedad de base.

Si bien es cierto que la mayoría de las veces la “pseudodemencia” se debe a depresión, hay que recordar que en ocasiones los trastornos afectivo – cognitivos en un paciente de más de 60 años son el modo con que se inicia la Enfermedad de Alzheimer.

En la actualidad J. Cummings sugiere que la semiología clínica del Alzheimer puede ser clasificada en dos períodos evolutivos diferentes. Uno temprano, con síntomas relacionados a la patología de la cara interna del lóbulo temporal que explicaría los síntomas anímicos iniciales. Otro más tardío, relacionado a la extensión de la patología hacia la corteza parietal.

Existen también otras consideraciones y correlatos respecto a la depresión y al Alzheimer que han sido estudiadas y formuladas por G. Alexopoulos:

– La enfermedad depresiva que se inicia luego de los 60 años tiene mayor prevalencia de “transformación” hacia la demencia que en aquellos pacientes que iniciaron la depresión en edades tempranas.

– Los pacientes con depresión que iniciaron su enfermedad luego de los 60 años pero que nunca se transformaron en dementes, igualmente presentan estigmas de demencia debido a los trastornos cognitivos, a las anormalidades de las estructuras cerebrales y al incremento de la actividad de la mono amino oxidasa plaquetaria.

– En un estudio longitudinal, Alexopoulos confirmó que la depresión geriátrica de inicio tardío tiene mayor probabilidad de desarrollar demencia cuando se presenta con atrofia cortical.

– En otro de sus estudios longitudinales (3 años de duración) confirmó que los pacientes con “pseudodemencia” tuvieron un viraje hacia la demencia del 42% y entre los restantes 58%, en algunos se registró actividad plaquetaria de la mono amino oxidasa similar a la enfermedad de Alzheimer.

grafico 1

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En un estudio psicofarmacológico, Young y Alexopoulos observaron que entre pacientes depresivos “pseudodementes” no hubo correlación entre la concentración plasmática de nortriptilina y la eficacia antidepresiva, pero sí observaron dicho correlato entre pacientes depresivos “puros”.

– En otra muestra, tampoco encontraron correlación entre la concentración plasmática de nortriptilina y la eficacia antidepresiva entre pacientes depresivos con ventriculomegalia lateral, mientras que sí encontraron dicho correlato en pacientes depresivos con ventrículos laterales normales.

Todos estos estudios cambiaron la habitual manera de interpretar a la “pseudodemencia” como un trastorno benigno de la depresión por otra visión en la que se sugiere que dicho cuadro puede ser un marcador temprano de demencia progresiva.

Enfermedad de Alzheimer complicada con depresión

Diferente es la evolución del síndrome depresivo en la Enfermedad de Alzheimer. Si bien en las etapas iniciales de la enfermedad la depresión puede enmascarar el cuadro demencial, parecería ser que a medida que aumenta la degeneración del cerebro la prevalencia de la depresión disminuiría. Cummings et al. correlacionaron el score del Mini Mental State Examination (MMSE) con la prevalencia de la depresión reportando que cuando el score del MMSE es menor a 12 puntos la prevalencia de la depresión se acerca al 0%. Sin embargo no queda claro si es que en estadios avanzados del Alzheimer la depresión dejaría de ser un problema o por el contrario se convierte en un problema agravado porque la semiología “clásica” permuta hacia una semiología “atípica”.

Es importante que el diagnóstico y el tratamiento del síndrome depresivo en la Enfermedad de Alzheimer se realice tempranamente pues la depresión sin tratamiento es multiplicador de problemas, entre ellos:

1. Disminuye aún más las deterioradas funciones del paciente demente

2. Acentúa las dificultades en las actividades de la vida cotidiana

3. Es responsable de internaciones geriátricas más tempranas y

4. La evolución puede conducir a la muerte.

A diferencia del paciente depresivo adulto, la depresión del paciente senescente (en este caso con Alzheimer) es un cuadro que se origina por mayor cantidad de causas, motivo por el cual los mecanismos fisiopatológicos que se ponen en juego podrían ser varios. Algunos son mejor conocidos que otros, por ejemplo:

– La incidencia de la depresión aumenta cuando existe daño que compromete al lóbulo frontal del hemisferio izquierdo y/o a los ganglios basales del mismo hemisferio.

– Respecto a las monoaminas, la alteración del balance bioquímico parece desempeñar un papel fundamental. Las que estarían implicadas en los síndromes depresivos del Alzheimer como mínimo serían dos: noradrenalina y serotonina. Varios estudios han demostrado que la depresión mayor estaría asociado a trastornos de los circuitos neuronales que provienen de los núcleos troncales, específicamente del Locus Ceruleus (noradrenalina) y del Núcleo Dorsal del Rafe (serotonina).

– Otros estudios han reportado que la depresión se relacionaría al trastorno de los circuitos de dopamina provenientes de la Substancia Nigra.

– También que el trastorno depresivo necesitaría de vías colinérgicas diencéfalo – corticales sanas para poder expresarse. Este fenómeno sería coincidente con la mayor prevalencia de depresión en los estadios iniciales de la Enfermedad de Alzheimer (que es cuando todavía existen neuronas colinérgicas remanentes). Esta circunstancia encuentra apoyatura en un estudio donde se reportaron pacientes con demencia tipo Alzheimer que luego de ser tratados con un agonista colinérgico (oxotremorina) se tornaron depresivos.

Respecto a los trastornos mnésicos de la depresión y de la enfermedad de Alzheimer distintos estudios han reportado las diferencias. Estos estudios dieron lugar al desarrollo de los conceptos de patrón de deterioro subcortical para la depresión y patrón de deterioro cortical para la Enfermedad de Alzheimer (Cummings y Benson 1984).

El uso de escalas para medir depresión en demencia

Las escalas de uso común en psiquiatría tienen la particularidad de que no han sido diseñadas para pacientes dementes. Gotlieb et al tuvieron que demostrar que la escala Hamilton es confiable en los pacientes con demencia moderada, pero poco confiable para demencias más severas. En 1988 Alexopoulos et al. diseñaron la Cornell Scale for Depression in Dementia que logra diferenciar con confiabilidad los pacientes dementes depresivos de los dementes no depresivos. Finalmente la Sunderland Dementia Mood Assesment Scale es sensible a los cambios en los pacientes dementes con depresión.

En conclusión, el aumento de la población senescente en Argentina y la dificultad diagnóstica que plantean la depresión y la demencia en la edad avanzada dan fundamento a la realización del presente estudio.

Método utilizado

– Población: Se evaluó un total de 61 pacientes ordenados en 2 grupos diferentes (31 con depresión mayor y 30 con demencia Alzheimer). Todos los pacientes fueron reclutados en el área de neuropsiquiatría de un hospital general en un período de 2 años (1995-1996). Todos ellos o sus representantes legales dieron conformidad para participar del estudio.

– Criterios de inclusión:

a) en el primer grupo se incluyeron 31 pacientes que cumplían con los criterios clínicos de depresión mayor según el sistema DSM (American Psychiatric Association Committee on Nomenclature and Statistics. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4th edition, Washington, DC, Am. Psychiatry Asociation, 1994). Todos ellos debían presentar trastornos cognitivos.

b) en el segundo grupo se incluyeron 30 pacientes que cumplían con los criterios clínicos de probable demencia Alzheimer según el sistema NINCDS / ADRDA (National Institute of Neurological and Communicative Diseases and Stroke / Alzheimer’s Disease and Related Disorders Association). Todos ellos debían presentar síntomas depresivos.

– Criterios de exclusión

a) pacientes que al momento del examen ya estuvieran medicados con antidepresivos,

b) que estuvieran medicados con cualquier medicamento con efecto anticolinérgico

c) que el score de isquemia de Hachinski fuera mayor de 4

d) pacientes cuyo Mini mental fuera menor a 12 puntos

e) pacientes con tomografías computadas y/o imágenes por resonancia magnéticas cerebrales que exclusivamente mostraran lesiones focales.

– Exámenes realizados: Los diagnósticos fueron formulados luego de la realización de:

a) el examen semiológico neuropsiquiátrico,

b) la aplicación de tests neuropsicológicos, (para comparar la memoria se utilizó la prueba RAVL -Rey auditory verbal learning test-)

c) la utilización de escalas, (se administró la escala Hamilton-D 17ítems de M. Hamilton, la escala Mini Mental State Examination de M. Folstein y la escala Global Deterioration Scale de B. Reisberg (tabla 1).

d) el estudio por neuroimágenes, sea por Tomografía axial computada (TAC) y/o Resonancia Magnética Nuclear (RMN).

Tabla 1

Depresión geriátrica con trast. cognitivos

Enf. de Alzheimer con depresión

Número

31

30

Años

70.2 (6.3)

73.9 (6.5)

Nivel educacional

10.8 (1.2)

10.1 (1.8)

MMSE

23.4 (1.4)

21.66 (2.2)

HAM D

24.15 (6.49)

21.59 (7.6)

GDS

3.68 (0.47)

MMSE: mini mental state examination ; HAM-D: Hamilton para depresión ; GDS: global deterioration scale.

Resultados

(Tabla 2)

Tabla 2

Depresión geriátrica con trastornos cognitivos

Enf.de Alzheimer con depresión

Valor

de p

n

31

30

1er. Episodio con más de 60 años

10

19

NS

Antecedentes familiares de desorden afectivo

19

10

NS

Antecedentes familiares de Alzheimer.

6

14

NS

Trastornos de la memoria.

30

30

NS

Respuesta posit. a la facilitación de la memoria

24

3